Memorias

Un día decidí rendirme, abandoné mi trabajo, mi relación y mi vida. Fui al bosque en busca de consejo de un anciano sabio. Le pregunté si podría darme alguna razón para no rendirme. El anciano me mostró un campo de helechos y bambús, y me contó una historia:

  • Sembré semillas de helecho y bambú, cuidé de ambas con esmero. El helecho creció rápidamente, con un verde brillante cubriendo el suelo, pero la semilla del bambú no dio ningún fruto. Sin embargo, no abandoné al bambú.

  • Año tras año, el helecho seguía creciendo y el bambú permanecía inactivo, pero no me rendí.

  • En el quinto año, un pequeño brote de bambú empezó a salir de la tierra. Era pequeño e insignificante en comparación con el helecho, pero no me rindió.

  • En el sexto año, el bambú había crecido más de 20 metros de altura. Había pasado cinco años echando raíces para fortalecerse y prepararse para crecer.

  • El bambú tiene un propósito diferente al del helecho, pero ambos son necesarios para hacer del bosque un lugar hermoso.

  • El anciano me dijo que nunca me arrepienta de un día en mi vida, ya que los días buenos me dan felicidad, los días malos me dan experiencia, ambos son esenciales para vivir. La felicidad me mantiene dulce, los intentos me mantienen fuerte, las penas me mantienen humano, las caídas me mantienen humilde y el éxito me mantiene brillante. Si no consigo lo que deseo, no me desespero, quizás simplemente esté echando raíces. Así que, no te rindas, sigue luchando y creciendo, y eventualmente alcanzarás tus metas y encontrarás tu verdadera identidad y realización en esta vida.